Las salinas de La Caleta de Interian

Hoy les voy a hablar de las salineras de La Caleta de Interian, una tradición que aun se mantiene en mi pueblo Los Silos #Tenerife. Un auténtico ejemplo de aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, muy desconocido para los visitantes de esta zona de la isla y que aun pervive en unas pocas familias de este barrio marinero.

La sal es desde tiempos prehistóricos un bien muy preciado por todas las culturas. Hasta la llegada de los frigoríficos fue usada como un magnifico elemento para la conservación de alimentos. Las islas Canarias, por su condición costera, han sido desde siempre lugares en donde se ha producido sal. Hasta hace muy pocos años aún sobrevivían pequeñas industrias salineras en casi todas las islas. Hoy en día tan solo sobreviven unas pocas salinas en las islas orientales y en Fuencaliente, La Palma, además de pequeñas salinas artesanales como las de La Caleta de Interián.

En La Caleta de Interian se conserva una de las pocas salinas que quedan en Canarias, conocidas localmente como lajas. La mayor parte de las familias de este barrio marinero poseían «lajas de sal» que se heredaban de madres a hijas. Las familias que no disponían de ellas podían conseguir la sal ayudando a otras mujeres en sus cuidados y mantenimiento o trabajando las lajas a medias, dándoles como recompensa una parte del producto. Hoy en día aún hay mujeres que siguen realizando esta actividad aprovechando las oquedades naturales de las rocas de esta costa volcánica.

En las lajas se deposita agua recogida de charcos cercanos o de la orilla mediante cubos. Tras el trabajo de evaporación inicial, la sal resultante se transporta para ser vertida en los secaderos o superficies planas y completar el proceso de secado. La preparación de las lajas comienza en junio y se prolonga hasta octubre. Durante esos meses se deben limpiar periódicamente las lajas para que la sal obtenida sea lo más pura posible, ya que las mareas a veces las ensucian. En los años buenos se pueden llegar a recolectar hasta 100 kilos de sal por explotación familiar.

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