Este casi desconocido parque nacional senegalés se ha convertido en el último refugio en el oeste del continente de la gran fauna africana, con una extensión gigantesca es el hogar de leones, elefantes, antílopes, chimpancés, hipopótamos y algo más de 300 especies de aves. Formado por una gran sabana boscosa prácticamente impenetrable durante la temporada de las lluvias. Un lugar fuera de las habituales rutas turísticas que no deja indiferente al viajero que llega hasta aquí.
El Parque Nacional de Niokolo Koba es el espacio protegido de mayor superficie del África Occidental, con casi un millón de hectáreas, declarado como Parque Nacional en 1954 durante la época colonial francesa. Anteriormente fue reserva de caza declarada en los años 20 del siglo XX, Reserva Forestal en 1951 y Reserva de Fauna en 1953. Definitivamente en 1981 fue reconocido como Reserva de la Biosfera y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco por sus indudables valores naturales.
Ubicado a algo más de 600 kilómetros al este de Dakar, el parque es atravesado por la carretera que une las ciudades de Tambacounda a Kedougou, capital de la región de Kolda. Está formado por una gran planicie cubierta de una frondosa sabana, de una amplia variedad de árboles y arbustos leñosos que la hacen casi impenetrable. Sobresalen unas pocas colinas rocosas, donde se concentran algunas de las especies de flora y fauna más amenazadas de la región. Tres ríos de fluctuante caudal lo atraviesan, siendo el más importante de ellos el río Gambia, que nace en las cordilleras húmedas de la cercana Guinea y desemboca en el Atlántico junto a la ciudad de Banjul.
Se han citado más de ochenta especies de mamíferos entre ellos una gran cantidad de antílopes, Kobos de agua, antílope jeroglífico y el más grande de todo los antílopes africano el raro Eland gigante. El jabalí verrugoso es muy numeroso y suele ser frecuente observar grupos de ellos en todo el parque. Además existe una importante población de búfalo africano, un auténtico acorazado de la sabana.
Aunque algo más difíciles de observar en el parque existen poblaciones de leopardos, servales, licaones, hienas y chacales. Además, al amanecer con algo de suerte puedes ver grupos de leones descansando al borde de la carretera que traviesa el parque, una de las joyas de Niokolo Koba y símbolo del país.
Babuinos, monos verdes, mono patas y colobo rojo son fáciles de observar a lo largo de todas las zonas boscosas del parque. Al parecer en el borde sur y en las zonas más aisladas aún sobreviven unas pocas familias del amenazado chimpancé.
Además este lugar es de obligada visita para los observadores de aves, en sus límites se han citado más de 300 especies, entre ellas la bella grulla coronada, el gigantesco calao de sabana, el raro búho pescador y una gran cantidad de abejarucos, martines pescadores, turacos, avefrías y carracas multicolores.
Hasta hace pocos años aún habitaban jirafas, pero el efecto continuado de los cazadores furtivos ha diezmado parte de la gran fauna africana que se encontraba en este emblemático lugar. En la actualidad los esfuerzos de conservación se central en diezmar esta lacra y en potenciar las actividades ecoturísticas como elemento dinamizador de las frágiles economías locales.
Sin lugar a dudas, Niokolo Koba no es un lugar apto para viajeros convencionales, viajar hasta aquí requiere de una dosis de aventura y capacidad de improvisación, ya que las comodidades son limitadas y escasas, aun así es una de las visitas imprescindibles de Senegal.
Información para visitar el Parque Nacional de Niokolo Koba
La entrada principal se encuentra en Dar Salam, aunque también puedes hacerlo desde la población de Niokolo Koba. Dentro del parque puedes alojarte en el campamento del León, un modesto alojamiento con cabañas de caña junto al cauce de un río o en el algo más confortable hotel del campamento de Simenti. Fuera de él encontramos varios alojamientos, el campamento de Wassadou, un lugar muy confortable y acogedor, los campamentos de poblados limítrofes o en la ciudad de Tambacounda, un poco alejado para poder visitar el parque.
Para visitarlo es obligatorio hacerlo con un guía oficial y pagar una tasa de entrada por persona y vehículo. El parque es visitable a lo largo de todo el año a pesar de que buena parte de las guías de viajes informan de que no se puede visitar durante la estación de lluvias, de junio a octubre.
La mejor época para visitar el parque es después de la época de las lluvias de noviembre a abril, época en las que los animales comienzan a concentrarse entorno a los pocos puntos de agua que sobreviven.